martes, 13 de noviembre de 2012

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Actores del acoso escolar
Tres actores se ven directamente involucrados en
el acoso escolar: los acosados o víctimas, los acosadores
o agresores, y los espectadores.
Las víctimas. Según Dan Olweus, hay distintos
tipos de víctimas. “Las típicas, entre las que se
encuentran los estudiantes más ansiosos e inseguros
que suelen ser cautos, sensibles y tranquilos; poseen
baja autoestima, tienen una opinión negativa de sí
mismos y de su situación; y frecuentemente son considerados
como fracasados sintiéndose estúpidos y
avergonzados. A este tipo de víctimas se le ha llamado
pasivas
o sumisas y no responderán al ataque ni al
insulto. Otro tipo de víctimas son las provocadoras que
se caracterizan por una combinación de modelos de
ansiedad y reacción agresiva. Estos estudiantes suelen
tener problemas de concentración y se comportan de
forma que causan irritación y tensión a su alrededor.
Algunos de ellos pueden ser hiperactivos”.
Los agresores o acosadores. Dan Olweus
descubre la existencia de varios tipos de agresores: los
“típicos que se distinguen por su belicosidad con sus
compañeros y en ocasiones con los profesores y adultos.
Suelen caracterizarse por la impulsividad y una
imperiosa necesidad de dominar a otros. Pueden ser
ansiosos e inseguros. Estos agresores sienten la necesidad
del poder y del dominio, parece que disfrutan
cuando tienen el control y necesitan dominar a los demás”
(Olweus, 1998, pp. 52-54).
Puede decirse que los acosadores utilizan distintas
formas como los apodos, mofas, insultos y habladurías
(Monclús & Saban, 2006, p. 24), que generan
intimidación, exclusión y en ocasiones serios problemas
psicológicos y sociales que provocan dificultades
en la convivencia y en la adaptación social.
Puede afirmarse entonces que “se produce la situación
de desigualdad entre el acosador y la víctima,
debido generalmente a que el acosador suele estar
apoyado de un grupo que sigue la conducta violenta,
mientras que la principal característica de la víctima es
que está indefensa, no puede salir por sí misma de la
situación de acoso” (Díaz-Aguado, 2006, p. 17).
Los espectadores. Sobre los espectadores,
Dan Olweus indica que a los estudiantes que no participan
en las intimidaciones y que generalmente no toman
la iniciativa, se les denomina “agresores pasivos,
seguidores o secuaces” (Olweus, 1998, p. 53). Lo anterior
interroga de manera imperativa a las investigaciones
realizadas que han puesto su mayor énfasis en
los agresores y las víctimas, y han dejado de lado a
este actor que no en todos los casos puede ser tildado
de “cómplice”, dado que de la pasividad no se puede
inferir una actitud de apoyo al agresor. Cabe entonces
preguntarse qué sentido les otorgan estos estudiantes
tanto a la agresión como a su papel y a la actitud de
las víctimas.
Así, pues, como Dan Olweus lo señala, una conducta
de persecución física y psicológica es considerada
como característica importante del acoso escolar.
Indica este autor que el acoso se puede entender
como una agresión directa e indirecta a la víctima; “es
indirecto cuando hay aislamiento social y exclusión deliberada
de un grupo y directo cuando hay ataques
relativamente abiertos a la víctima”.
Siguiendo a Catherine Blaya, los diferentes tipos
de acoso “pueden ser considerados como factores de
degradación del clima y de la calidad de las relaciones
interpersonales, en cuanto no solo afecta psicológicamente
de forma seria a los individuos, sino que estos,
al sentirse mucho más vulnerables en todos los aspectos,
incluyen un factor social de riesgo al clima de las
relaciones en la escuela” (Blaya, 2005, p. 236).
Estudios sobre violencia escolar
Se evidencian dos grandes períodos con intereses
y objetivos muy distintos. En el primero, que
comprende los años ochenta y noventa, a partir de
estudios estadísticos preferencialmente cuantitativos,
se buscó responder interrogantes como la incidencia
del contexto social, los actores, el origen, las manifestaciones,
las consecuencias y los factores que inciden
en la violencia que ocurre en la escuela. En el segundo
período, del año 2000 en adelante, los estudios se
orientan a la comprensión del fenómeno desde una
perspectiva más integral en la cual, además de los estudios
estadísticos, se empiezan a tener en cuenta la
voz de los actores y sus diferentes formas (enfoques)

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